Cada vez que un famoso se abre una cuenta en una red social es todo un evento. Primero, por el efecto que provoca en todos aquellos perfiles falsos que, con mucha dedicación y paciencia, se han hecho pasar por el famoso en cuestión -¿qué llevará a alguien a dedicar parte de su vida a robarle la identidad a otra persona?-. Y segundo, por la oportunidad que ofrece de poder ver cómo se comporta el famoso sin asesores ni estilistas a su lado. En este punto podemos encontrarnos con dos tipos de celebrities. Las que contratan a un asistente exclusivo para llevar su cuenta de instagram -como es el caso de Rihanna o Miranda Kerr- y las que deciden coger el toro por los cuernos e improvisar todo lo que pasa por su mente. Madonna, evidentemente, pertenece al segundo grupo. A juzgar por las meteduras de pata y las polémicas que ha despertado, la eterna reina del pop se encarga personalmente de actualizar su multitudinario perfil en la red social y le importa más bien poco lo que digan u opinen de ella. No en vano, lleva cuarenta años en el negocio.
Cualquiera podría pensar que la cuenta de una estrella del pop no es más que otra forma de publicidad y que, por tanto, se trata de un escaparate para ofrecer lo mejor de cada casa. Pero Madonna nunca se ha caracterizado por querer vender una imagen políticamente correcta de sí misma -un poco lo que intenta hacer Miley Cyrus pero a un ritmo más acelerado- y en instagram no iba a ser menos. Entre las primeras imágenes que la cantante compartió en su perfil, pudimos ver un primer plano de su escote sudado, una autofoto con flequillo postizo y otra llevando un bigote falso y una especie de peluca de lana. Y esto para alguien que podría haber contratado al mejor fotógrafo del mundo tan solo para que apretara el botón del iPhone, es todo un reto. Ahora, damos gracias a esta improvisación que nos ha dejado momentos tan buenos como estos: